El arte de convertirte en quien ya eres

He dedicado toda mi vida al estudio del movimiento. Primero como bailarín y artista, luego en los caóticos inicios de la tecnología móvil y, finalmente, en las artes marciales, donde todos esos hilos se unieron y cobraron sentido.

El movimiento es un lenguaje, y enseñar es un acto de servicio. Aprendí desde muy temprano que el liderazgo no tiene que ver con la autoridad, sino con la claridad, la conciencia y el valor de ser uno mismo. Tanto cuando creaba algunas de las primeras aplicaciones para iPhone como cuando dirigía equipos creativos, la lección era siempre la misma: se conecta con los demás siendo sincero, no interpretando un papel.

Ser padre profundizó todo eso. Me enseñó la verdad más importante que conozco: no se moldea a las personas, se las acepta tal como son. Los niños llegan siendo ellos mismos, y nuestra tarea es ayudarlos a convertirse más en quienes ya son. Llevé esa lección a las artes marciales y cambió por completo mi forma de enseñar.

El karate tradicional a menudo queda atrapado en la cultura de la corrección, una insistencia rígida en que solo hay una forma correcta de moverse. Yo rechazo eso. En mis clases, la técnica es eficaz o menos eficaz; nunca es «correcta» o «incorrecta». Cada alumno tiene su propia historia, su propio cuerpo, su propia voz. Mi trabajo consiste en ayudarte a descubrir la versión del karate que te resulte auténtica, expresiva y funcional.

La mayoría de los adultos no necesitan la tradición por la tradición en sí misma, sino que necesitan claridad, capacidad de acción y una práctica que respete la realidad de su cuerpo. Necesitan un espacio donde la disciplina y la amabilidad convivan en armonía. Eso es lo que construyo en Good Fight.

Y ahora, después de casi cincuenta años en California, estoy dejando atrás mi vida con mi esposa para mudarme a Valencia, una ciudad donde aún no hablo el idioma, donde nunca he vivido y donde estoy decidiendo correr el mayor riesgo de mi vida adulta. Lo hago porque quiero ser un ejemplo real para mi hijo: que el crecimiento no termina, que la aventura sigue siendo importante y que siempre es posible reinventarse.

No sé exactamente qué pasará cuando aterrice en Valencia. Pero sé esto: he pasado mi vida aprendiendo a enseñar, a escuchar y a ayudar a las personas a avanzar de manera que se fomente la confianza en lugar del miedo. Sé que hay personas en este mundo que quieren entrenar con calma, inteligencia y determinación, y quiero encontrarlas.

Si vienes dispuesto a moverte, aprender y crecer, te recibiré tal y como eres, y juntos construiremos algo real.

Justin Lockwood

Crecí en una especie de comuna hippy donde todos mis juguetes eran de madera y mi único contacto con las pantallas era mi imaginación. Esto me obligó a ser creativo desde el principio. Dibujé y vendí mi primer logotipo cuando tenía doce años y todavía me siento inspirado cada día para descubrir nuevas formas de comunicar las historias y la pasión de las personas. Creo cosas que están diseñadas para ser utilizadas y disfrutadas. No solo para ser admiradas, sino para interactuar con ellas. Que demuestran conocimiento y se sienten personales. Porque eso es lo que hace que el diseño sea memorable.

Durante mis casi 20 años de carrera, he tenido la suerte de trabajar con algunas de las marcas más admiradas del mundo, como Alaska Airlines, Lululemon, GAP, Madison Square Garden, Target, TOMS, HBO, Marvel, TED y CNN. En los últimos años, he ayudado a startups como AutoLotto, Spoon Rocket, Healthiest, Trizic y Prevail a diseñar productos exitosos y a recaudar millones en financiación.

https://justinlockwooddesign.com
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